sábado, 16 de marzo de 2024

POESÍA: LA NADA


Callo mucho conmigo,

cuando no necesito el hilo 

medular de las palabras.

Me gusta recogerme 

en la usura de mis rasgos

tras el velo de sombras.

Nunca veo el círculo de luz

que migra ensimismado

dentro de la absorbente 

pupila de las cosas.

Tengo mirada líquida.

No despejo mis nubes;

quiero verter la lluvia

en el hondo misterio

de las desolaciones,

como si fuera un signo

que despliega

la masa fibrilar

de los significados.

Todo reconsidera

un linaje vacío.

He buscado refugio

en ese hueco

del que ya, sin fisuras, 

formo parte.

La nada es una buena

manera de acabar.

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