viernes, 19 de enero de 2024

POESÍA: ¿DE QUÉ SIRVE MATAR?


A veces me entran ganas

de retar a duelo

al hombre

que asesinó a mi padre

y demolió mi casa

y me mandó

desamparado a errar

por el vasto mundo.

¿Pero qué conseguiría? 

Si él me llegara a matar

entonces yo lograría 

descansar en paz

mientras que si fuera

yo quien lo matara

no serviría de nada

y ni siquiera llegaría 

a sentirme bien. 

Y es que si me enterara

en medio de ese duelo

que mi enemigo

tiene madre

que le está esperando,

o padre

que se agarra el pecho, 

angustiado, preocupado

cada noche porque su hijo 

tarda en regresar a casa

aunque sólo sea

un cuarto de hora,

en ese caso,

no lo mataría,

aunque lograra vencerlo.

No solo eso,

no lo mataría si me enterara

que tiene hermanos

y hermanas

que le tienen cariño

y no dejan de extrañarlo.

O que tiene

mujer que lo espera

e hijos

que lo añoran

cuando se ausenta

y son felices 

con los regalos que les compra.

O que tiene

amigos, compañeros

vecinos y conocidos,

compañeros de celda,

gente con quien comparte  

habitación en el hospital,

camaradas de estudio

que se interesan por él

y gustan de saludarlo.

Pero si es una persona solitaria,

que carece de familia,

de madre y de padre

de hermanos y hermanas,

Que no tiene mujer ni hijos,

sin amigos, compañeros

o vecinos

con quien compartir 

momentos difíciles:

no seré yo quién agrave

su sufrimiento.

Solo me consolaré

tratándolo con indiferencia

cuando por la calle

me cruce con él.

Y trataré de convencerme

a mi mismo

que mi indiferencia

es también en si misma

una forma de venganza.

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