Andrzej Wróblewski (1927-1957). Pintor polaco nacido en Vilna, Lituania. Su vida fue corta, pero intensa y dramática. El resultado, una obra fabulosa testigo de una época convulsa (1927-1957) en Polonia y en Europa. Proveniente de una familia de intelectuales y artistas, sobrevivió a las invasiones nazi y soviética y, tras la II Guerra Mundial, se instaló con su familia en Cracovia, donde pudo estudiar Bellas Artes. En esos escasos doce años de vida tras la guerra, a Wróblewski le dio tiempo para dejar a la posteridad una obra de 200 pinturas y un millar de dibujos.
Wróblewski fue un artista que supo trabajar en las fronteras entre la abstracción y la figuración, combinando la invención formal con el análisis de la vida cotidiana y sus límites –la degradación de la guerra y la política dictatorial– mediante un profundo compromiso humano y político. Su obra, como la vida, tiene un anverso y un reverso. Cuadros de gran fuerza y expresividad que muestran desde los horrores de la guerra a la delicadeza de la maternidad y la felicidad por el nacimiento de su hijo Andrzej en 1954. En sus emblemáticas pinturas de doble cara, verso y reverso invitan al espectador a jugar con la dialéctica propuesta por un artista que tuvo que nadar entre las aguas del totalitarismo y la libertad creadora. Su vida fue breve, pero su obra da para muchas lecturas y visiones. El 23 de marzo de 1957 moría a los 29 años escalando los montes Tatras, en los Cárpatos. Desapareció en un paraíso cuando su vida, como la de tantos millones de polacos, había sido un infierno.
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