viernes, 17 de noviembre de 2023

OPINIÓN: MUÑECAS HINCHABLES


En la España del final del franquismo, cuando había aflojado la censura, y de la Transición, la muñeca hinchable servía como un elemento transgresor. Eran años de destape y de ácida sátira social. José Luis López Vázquez había representado en 1973 a un tipo solitario y patético, enamorado de un cuerpo femenino de plástico, en No es bueno que el hombre esté solo, película de Pedro Olea. En el disco de debut de La Orquesta Mondragón, de 1979 y llamado precisamente Muñeca hinchable, Javier Gurruchaga cantaba: “Encerrada esperas que llegue, metida en tu armario. Todo el día callada y dormida, sé que eres mía. Yo te cuido, te invento, te doy vida con mis besos. Y tú, a cambio, me salvas del miedo y del aburrimiento”. La banda guipuzcoana ejercía con acierto el feísmo, la apuesta por lo grotesco para enfrentarnos a nuestro peor lado.

En 2023, manifestarse con una muñeca hinchable dice mucho de quien la levanta y explica muy poco de la causa de su protesta. Es una forma de autorretrato. En algún momento alguien decidió que era una buena idea acudir a las concentraciones de la calle de Ferraz levantando una veintena de figuras humanoides de sex shop al grito de “no es una sede, es un puticlub” y “estas son las ministras del Gobierno”.

Los mensajes de esa performance son muchos, pero ninguno bueno. La idea remite, por supuesto, a la cosificación de la mujer, intercambiable por una réplica artificial porque solo sirve para eso; al elogio de la sumisión sexual. Expresa, en este caso, el desprecio a que mujeres ocupen puestos relevantes, qué habrán hecho a quién para llegar ahí. Y apunta a ese machismo desacomplejado y orgulloso que dice: “todas putas”. Desconocemos si en algún momento se cruzaron los de las muñecas hinchables con los que acuden cada noche a Ferraz a rezar el rosario; no casan bien las dos acciones. El autorretrato de algunos manifestantes ante la sede del PSOE, los perfiles más ridículos que circulan por las redes (entrevistados por un medio que apoya la agitación), han dado para muchos memes. No representan, claro que no, a todas las personas movilizadas contra la investidura y la amnistía. Pero no hay ninguna broma aquí. Como no era una broma el tipo disfrazado de bisonte que estuvo en el asalto al Capitolio en Washington, como no era broma lo que pasó después en Brasilia. Al menos todo esto sirve para recordarnos que la gentuza existe, ahí están manifestándose cada noche en Ferraz. 

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