¿Qué nos importa, ya,
si oscurece la tarde?
¿Qué importa si el viento
nos trae a las pupilas
olor a incienso, a tierras?
No puede ser
en lo que nos estamos
convirtiendo.
¡Amémonos
como lo quiere la vida!
¿No sientes el pulso suave
salirse entre los miembros?
¿No rompes en delirio
en esta estancia sin prisa,
en este abismo de flores?
¡Amémonos
como lo pide el mundo!
Escucha al mar
cantar al fondo de sí mismo
esa canción profunda.
Escucha las aves hilar la tela
que sostiene al ruido.
Todo late esta por nosotros
esperando el azar
de tu mirada, fortuita,
abriéndose a la vida:
Esta es la alternativa.
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