Estás por ahí
y procuras
encontrarme
por todos los lugares:
en las escaleras,
por el alféizar,
por debajo de las puertas,
por el rincón
en donde mi dolor
se empoza con tu gemido.
Hay una primavera
entre nosotros,
en la integración
de nuestra talla,
como eres,
forjado por mis vetas,
por la saliva,
por las lunas ennegrecidas;
eres, e ignoras
el curso de las hojas.
Y en tus uñas
está mi carne,
está mi esqueleto
en sobre tu ropa
está mi respiración
en las cadenas
que muerdes sin mirarme,
en las aceras que cruzas;
en el silencio rumiador
está mi pisada,
enredada en tu cansancio,
en tu cuello,
en donde la ausencia
te aparta de mí,
ahí, bruma, está mi silueta
arrastrándose
por las paredes húmedas,
por el piso hirsuto
de ojos,
en donde no miras
mi reflejo
... en donde te he
de extrañar tanto...
Sé que estás ahí, corazón,
noto que sigues latiendo,
pero hace tiempo
que te perdí
y no te encuentro.
3 comentarios:
Qué bella poesía has escrito, Paco, a ese corazón que, buscas y te busca, posiblemente, andan extraviados; quizás, ella, ande mezclada con tu sombra y tú, sin saberlo; o quizás ella partió a países de gasa y humo, donde las distancias se agigantan... Siempre se extraña a la "amada inmóvil" o a quien nos robó el corazón.
Tu alma gime y seguramente ella te escucha con su corazón latiente.
Cuánto talento, amigo poeta.
Abrazo cálido.
En realidad es un poema de amor a mi propio corazón, al que tuve hace mucho tiempo y que me hizo sentir cosas que ya no están. Quizás envejecer sea eso: perder tu corazón por los caminos de la vida y ni siquiera saber donde encontrarlo. Un abrazo, amiga.
Es mucho más bonita tu intención de buscar tu propio corazón. A otros se les extravió la sonrisa o el alma. Yo pensé, al inicio, que buscabas tu propio Yo, inmerso en tu sombra. La poesía nos lleva a imaginar varios supuestos y, pocas veces, damos con el pensamiento del poeta. De cualquier manera, es una preciosa poesía.
Otro abrazo, amigo.
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