Nuestras cosas aspiran
disimuladamente
al deterioro.
Los teléfonos móviles,
mientras los desenfundas
de su caja
(aún en los cromados
la lámina adhesiva protectora)
comienzan a empañarse.
Cuando salimos a cenar,
los cepillos de dientes
se desgreñan
en las estanterías del aseo.
No se diría que algo
le suceda
al vaso que pusimos
muy cerca del abismo
inoxidable
del hondo fregadero.
Abstraídas,
nuesteas cosas
recorren su rutina,
su efecto transitorio
de luz perecedera.
2 comentarios:
Solamente, nuestra energía es imperecedera, se transforma, se transmuta y se recicla en otros cuerpos, además,goza de luz propia, es inextinguible.
Pero, las cosas son transitorias y perecederas. "Vanidad de vanidades y sólo vanidad.
Saludos Paco, que tengas un buen domingo.
Probablemente estés en lo cierto, pero se ve tanta gente por la calle que actúa como si estuviese viva, pero en realidad ha muerto... Es triste constatarlo, pero es lo que hay..¿Recuerdas la peli "El sexto sentido"? ¿A dónde va la energía en tantos casos así?
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