El jardín se despierta
y el corazón abre los ojos
a las cosas bellas.
Un soplo de esperanza
avienta hacia nosotros
sus rumores de vidrio.
Los poetas comentan
la renuncia de la noche.
Las calles regresan
del exilio interior.
Su imagen repentina
me estremece en lo hondo.
Los días se alargan
mientras desciñen
su busto de suspiros
y los árboles alumbran
nuestro secreto cósmico.
Renace la vida,
apuesto a su sonrisa
que despide nuestras sombras,
y el mareo de los puertos
dentro del corazón.
Solfea la primavera
sus lecciones de amor
y pacto con los pájaros
volar hacia la luz y el color.
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