miércoles, 8 de febrero de 2023

SERIE: HAPPY VALLEY


En casa lo tenemos muy claro: una serie inglesa es sinónimo de calidad, y si encima es una producción de la BBC y tiene una trama policial, entonces ya ni te cuento lo que se puede disfrutar.

Y hoy lo hemos disfrutado al máximo con el último capítulo de la tercera temporada de Happy Valley, que pone el punto final a una serie magnífica. Sin destripar el contenido, vaya viaje el de Catherine Cawood (su personaje protagonista) y menudo recital el de Sarah Lancashire, una actriz a la que todos los adjetivos superlativos que se me ocurren para definirla se me quedan cortos.

La historia mezcla a la perfección drama policial y doméstico, deja que sufras con los personajes y, a veces, solo a veces, que te rías con ellos, para pasar de la risa al drama en dos segundos. Como en la vida, como en cada buena ficción. Una serie con toda la calidad que tienen las producciones de la BBC (grandes actores, buenos personajes secundarios, guiones sólidos) y con una sobrecogedora descripción del mal cotidiano.

Hay más personajes, hay más bondades, se puede seguir destripando Happy Valley para llegar a la misma conclusión: es buena porque va al fondo del alma humana a través de situaciones cotidianas; es buena porque no es pretenciosa, porque no necesita alharacas; es buena porque te crees a los personajes, es buena porque terminas un capítulo y sabes, como ante cualquier buen relato, que la vida merece la pena.

Es buena hasta el punto de que tener la oportunidad de ver esta historia policial y no hacerlo casi se puede considerar un delito. 

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