Abrupto, insomne
que un roquedal te acoja:
Te acune,
para luego cercenarte
y disolverte y descomponerte,
para que un semidiós
te construya de nuevo.
Lo que eras
en lo que puedes ser.
Como hacen los padres
con los hijos,
como los amados hacen
con sus amantes.
Sí. Pedazos de ti.
Lo que pensabas,
amaste, odiaste,
todo lo leído,
lo aprendido en caídas
y sangrados,
en jeringas de sueño
encapsulado,
en sueños demudados
de algodones,
en blancas anestesias,
que no olvidos.
Todo en piezas de ti,
mas sin romperte,
para que un dios
mejor las estructure
y te enseñe otro tú
que en ti habitaba
sin saber que lo habías
necesitado.
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