martes, 14 de febrero de 2023

HISTORIAS MÍNIMAS: SORPRESA

De repente a mi hija le entró prisa por volver al hotel. Yo no entendía por qué no podía disfrutar de la playa como los demás niños, pero no atendía a razones. Me dijo que le dolía mucho el estómago, así que no tuve más remedio que transigir y hacerle caso. Recogimos las toallas y dejamos lo demás pues mi intención era volver. 

Llegamos a la habitación justo a tiempo. Al principio no supe identificar el ruido terrible que se escuchaba alrededor. Nos asomamos a la amplia cristalera y vimos cómo la playa había sido arrasada por una ola gigantesca. Hamacas, palmeras, cuerpos vivos e inertes flotaban a la deriva en medio del infierno líquido. Abracé a mi hija y, al hacerlo, tuve la certeza de que ella lo sabía. Entonces, como leyendo mi pensamiento, se acercó a su mesita de noche. Cogió su ejemplar favorito de ese momento, “El libro de los fenómenos naturales”. En él había leído que, si de repente el agua del mar se mete hacia adentro, hay que marcharse inmediatamente para escapar del tsunami.

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