lunes, 13 de febrero de 2023

POESÍA:: IGUAL


Igual que nos envuelve

el mar en la hondura

de un sueño,

cuando se alza encendido

y se vuelca en los ojos

y penetra,

y uno no sabe ya

qué es el mar

y qué un pecho invadido

por la luz y las olas.


Igual que nos envuelve

el mar y nos deslumbra,

en noches desveladas

se me alzaron brillantes

las líneas de aquel libro,

sus sílabas contadas,

penetrando en mis ojos

de repente

la luz de un firmamento

incierto y palpitante,

pleno, como la sal amarga

picándome la sed,

enigmático,

como el continuo

batir de las mareas.


Palabras igual que olas, 

insistentes, veladas,

abriéndome el poema, 

ocultándolo.

Lo perseguía en la otra

cara de los versos,

mirando bajo sus costuras,

sus hilvanes,

mientras, entre destellos,

por las hebras de espuma

inmaterial se deslizaba

como si no quisiera

ser visto,

sólo dejando huellas

para mis ojos sorprendidos

a cada instante,

por sus inquietos pasos.


Así intenté rasgar el velo

que guarda el corazón

de la escritura.

¿Era otro corazón?

¿Acaso el mío?

Eran las noches claras

de luna del verano,

eso sí, cuando blanca

nos miraba.

O era el silencio

que nos habla gracias

al murmullo de un libro,

al fluir desigual

de sus imágenes

rotas y reveladas

a medias, cálidas y frías

como la luz de las estrellas,

parpadeando tan lejanas

con su brillo de ayer.


Su ayer en mi hoy 

desconcertado, vivo,

abriéndose al secreto

que revela y encubre

esa música escrita

en un papel sin pautas,

blanco, como un camino

sin abrir, sin pisadas,

a la espera de nombres

que las olas arrastran.

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