jueves, 16 de febrero de 2023

POESÍA: NO REMUNERADA


La mañana perdida

entre minucias,

y luego, distraída,

sale tarde a la compra.

La luz se le adelanta

soñadora

y la tibieza de este invierno

va envolviendo sus pasos.

No lleva prisa,

parece que jugara

a dejarse llevar

por el destino

para cruzar al fin

al otro lado,

donde el cielo se ensancha.


Detrás el sol calienta

como unos brazos lentos

y sonríen sus ojos

al aire azul de la alegría.

Aunque no va de fiesta

ni a sumergirse

en la corriente

fabulosa del azar:

tan sólo va a la compra.

Y tarde.


Y sin embargo se demora, 

deja que le muerda ese sol

que acaricia su espalda.

Camina como si no fuera

ella, la que lleva su nombre,

la que cuenta sus años.

Porque tal vez sea otra,

porque tal vez es necesario,

en el fondo, ser todas.


¿Cómo encender la vida

sin hacerle un quiebro

a la muerte?

¿Cómo ir al trabajo,

al mercado del mundo,

olvidando esa calle distinta

que nos crece en las venas?

¿Cómo llamarse libertad

mientras te arrastra

el río de la historia?


En la historia

pequeña de este día

ha llegado por fin

a su destino,

el santuario donde

todo se vende,

donde todo se alcanza:

adiós a la alegría,

al cielo limpio,

ahora toca cambiar el paso.


Sin mirar el reloj, ya sabe

que el tiempo volará

arañando segundos,

que se hará tarde y volverá,

precipitadamente,

al nido donde los suyos

abren el pico con apetito.


Al final, recogiendo,

el aire azul

se le irá entre los dedos,

como el agua traspasa

el colador de su vida. 

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