Por suerte estamos dentro,
aunque tengamos problemas
gozamos de luz,
música, colores...
pero hay que tener cuidado:
afuera aguardan
las sombras.
Si te acercas con cuidado
a la ventana,
contemplarás
un paisaje de desdicha
la terrible faz de la injusticia,
indignas estructuras económicas,
y la incertidumbre
del tiempo que se acaba
para millones
de seres desesperados...
No abras la puerta.
Aquí vivimos bien.
Hay orden y limpieza.
Estamos sanos.
Levantemos altos los muros
y cerremos con candados
las conciencias.
Que maravilla de hogar:
Gozamos del toque
justo de libertad
para acatar
lo que nos ordenan,
y hay escaparates, civilización,
una moralidad
adecuadamente flexible.
Así que mejor dejar fuera
a esas oscuras masas acusadoras,
y quedarnos nosotros las risas:
Deberían aprender
a conformarse,
bastante generosos
hemos sido
al permitirle a ellos el llanto.
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