lunes, 15 de noviembre de 2021

CUENTOS MÍNIMOS: PROHIBIDO FUMAR


La Ley veintiocho de dos mil cinco, de veintiséis de diciembre, prohibió totalmente fumar en los centros de trabajo públicos y privados. Abel dejó el vicio ese mismo día. Sentado en su silla del museo, contempla en la penumbra el reflejo amarillo de sus dedos mientras remeda la mecánica rutina de liar un cigarrillo, la liturgia del tabaco, aquel embalsamar de hebras en su mortaja blanca de papel de arroz, sellado con un toque tenue de saliva. Después mira a uno y otro lado y, si está solo, se levanta y prende fuego a su placebo. Aspira un humo imaginario que sugestiona su deseo y exhala, como el sollozo satisfecho de un orgasmo, un vaho fantasma que se adhiere a las paredes de la sala.

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