Pobre música
que suena para nadie.
Tristes borrachos
que no bailan
y mujeres que no ríen.
Y los bares que se cierran
oscuros en su pena.
Pobres los payasos
de sonrisa congelada,
y los niños que no entran
en el circo.
Nadie llora en la ginebra.
El gato rasga su reflejo.
Hay vacíos que se llenan
con silencios.
Hombres que alimentan
la mentira
de quiénes se cruzan
en su historia.
Esperanzas fallidas.
Vidas huecas.
Pasados que no existen
se alejan caminando
por la calle.
Y nadie pronuncia
la palabra soledad.
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