miércoles, 20 de mayo de 2015

SUERTE






Está en el sofá
sentada con los pies en alto
hinchados y doloridos
por tanto tiempo
que ha de pasar de pié
en el trabajo
soportando este calor
tan insoportable que hace.
En sus brazos duerme
relajada nuestra niña
y yo simplemente miro
como poco a poco
vencida por el cansancio
se le van cerrando a ella
también los ojos.
Arruga un poco el ceño
y duerme con luz, alma, vida.
Me gusta verla relajada
escuchar su respiración
y a veces no puedo evitar
decírmelo: Paco,
eres un cabrón con suerte
por lo increíblemente bien
que te ha tratado la vida.






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