FOTOS DE LA NIÑEZ

Nos sume en la inquietud

el reencuentro con la niñez
refugiada en viejas imágenes
familiares que hace tiempo

fueron guardadas en el baúl

de los recuerdos oxidados.
Resulta extraño ver

los seres que fuimos
aún pequeños, por hacer

y sin ser maleados

por las vicisitudes de la vida.
Contemplando esas fotografías
la memoria se nos habita
a golpe de días lejanos
y aunque a estas alturas
sabemos lo impetuoso e injusto

que puede ser el tiempo 

cristalizándonos los huesos
de sílabas finiquitadas,
necesitamos alguna vez

ser de nuevo aquellos niños

para sentirnos a salvo.
Con suerte incluso podemos

descubrir en su mirada un aire cálido
de niñez perfumada con juegos
que salga de los posos del ayer,
un rastro de nosotros mismos
para hacernos creer
que todavía estamos en casa

y a salvo de ser adultos.