Escucha, Valentina
al alisio murmurando
nuestros sueños en los montes
nuestros sueños en los montes
que repiquetean tu nombre
a ritmo de chácara y tambor...
Observa, Valentina
el sudor del campesino
el sudor del campesino
que en medio de la labranza
rememora tu canción
en el dolor de unas islas
en el dolor de unas islas
que en busca de sus raíces
no olvidan lo que ayer fuiste...
Mira, Valentina,
Mira, Valentina,
al volcán que celebra
en silencio tu recuerdo
y las minúsculas pisadas
y las minúsculas pisadas
de las estrellas que alumbran
el amor y el respeto
que te guardamos con tesón...
Siente, Valentina
Siente, Valentina
el desgaste hambriento
de siete manos de esperanza
y cántanos un son de futuro
donde en esta tierra
haya un espacio para todos...
y cántanos un son de futuro
donde en esta tierra
haya un espacio para todos...
Debes saber, Valentina,
que sigues en nosotros,
formas parte de un patrimonio
inmaterial pero hermoso
que da vida a lo que sentimos
mientras desarrollamos
la vida que continúa
a las orillas de un océano
que se reconoce en tu voz.
NOTA: Valentina Hernández, conocida como Valentina la de Sabinosa -el
pueblo de la isla del Hierro que la vio nacer y donde transcurrió casi en su
totalidad su vida- fue una intérprete de la música canaria más ancestral que
con su legado oral, sus ritmos y su tambor, es para muchos el símbolo de una alternativa
con profundas raíces en lo nuestro, que se opone a tanta superficialidad
cultural y que debería contagiarnos de vitalidad y fe en nuestro futuro como
pueblo. Esta es mi pequeña contribución al homenaje que le está rindiendo ahora mismo la música popular canaria...
No hay comentarios:
Publicar un comentario