Las raíces intentan
sobrevivir estrujadas
dentro de la cárcel
en que se ha convertido
este mundo nuestro
socialmente globalizado,
se retuercen
poseídas por el afán
de sobrevivir
y esperan
que se produzca arriba
alguna reacción
de enmienda a la condena
que las confina
a lo denso y lo oscuro,
en la injusticia impuesta
desde la lejanía,
a causa de mezquinos
intereses comerciales
y el ocaso de lo próximo
entendido como un don
para reconocernos.
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