Con la nueva reforma educativa
en la que la religión vuelve a ser asignatura curricular en España, pueden
producirse contradicciones que alcanzan un altísimo nivel surrealista. Hay que
tener presente que la nota final de un determinado curso es vital incluso para
conseguir una beca que ayude a proseguir sus estudios a muchos jóvenes cuyas
familias se encuentran en graves problemas económicos... Partiendo de esa base,
imaginemos que llegan los exámenes y hagamos conjeturas sobre un determinado test, que pueda incluir estas
dos cuestiones, con dos posibles respuestas a elegir:
Pregunta 1:
¿Cómo se creó la Tierra?
Opción a) Hace 4500 millones
de años, alrededor de una estrella normalita, en un extremo de una galaxia
común y corriente, comenzó a unirse la materia por acción de la
gravedad, hasta dar lugar a varios planetas, uno de ellos, la Tierra
Opción b) Dios la hizo en 6
días
Pregunta 2:
¿Cómo apareció el hombre en la
Tierra?
Opción a) A partir de
microorganismos, éstos evolucionaron a lo largo de millones de años, para dar
lugar a diversas especies de seres vivos, que continuaron evolucionando para
dar lugar a la familia de los homos, hasta llegar al hombre actual
Opción b) Dios creó a los
seres vivos a partir del barro, entre ellos, a un hombre. Luego creó a la
mujer, a partir de una costilla del hombre
Gracias a la reforma
legislativa, las respuestas que se considerarán correctas dependerán de la
asignatura en cuestión, pues no puede ser la misma en clase de ciencias que en
la de religión, lo que las convierte en incompatibles. Por si fuera poco, ambas
respuestas contarán para la evaluación del alumno, que se ve obligado a
responder obligatoriamente en una de ellas a sabiendas de que es falsa. ¿Cómo
puede considerarse algo así pedagógico? ¿Es razonable que pueda darse tal
sinsentido en un país que se define a sí mismo como aconfesional en su Carta
Magna? En cuanto a la definición de las asignaturas, el lenguaje también dice
mucho sobre las intenciones del legislador y define una determinada opción
ideológica: Quien no opte por la religión, recibirá una asignatura alternativa.
En consecuencia, esto implica que la religión es considerada legalmente la primera
opción, algo verdaderamente asombroso a estas alturas del siglo en un estado
occidental y que se supone moderno.
Mientras, el que en estos
momentos es el primer partido de la oposición, hace público que anulará los
acuerdos del 79 con el Vaticano cuando vuelva al poder, si la ley entra
en vigor, una puntualización
sorprendente. Recordemos que el PSOE no aprovechó sus etapas de
gobierno para derogar estos acuerdos que otorgan un trato especial a la iglesia
católica en materias tales como exenciones legales, procesos, cuestiones
fiscales, etc. Es preciso destacar que en
este último terreno, según lo establecido en el Concordato, se excluye a la
Iglesia de impuestos sobre la renta (IRPF) y sobre el consumo (IVA y similares),
de pagar contribuciones urbanas por sus edificios (incluidas las residencias de
sacerdotes, locales de oficinas, seminarios, conventos, y edificios de culto),
de pagar impuestos reales sobre la renta y el patrimonio, además de estar
exenta del impuesto por donaciones y sucesiones (siendo deducibles del IRPF los
bienes donados a la Iglesia)... Evidentemente el Concordato debe desaparecer
porque es una incongruencia histórica en sí misma, pero parece que los
socialistas tienen un punto de vista diferente...
Así nos va en este país...
No hay comentarios:
Publicar un comentario