Piedras de estas islas
retorcidas oscuridades
creadas en la noche
del espacio y los tiempos.
Con ellas las palabras
huelen a pedernal
y el silencio tiene
substancia de volcán.
Piedras de archipiélago
que retrotraen en el alma
el espíritu de la lava
el canto de los pájaros
el color de los bosques
y el resabio a sal.
Piedras que visten
montañas desnudas
y solitarios litorales
como mirlos de negritud
que miran ansiosos
a un azul cielo oceánico...
Mi corazón las ama,
heterogéneas peñascos
con formas imposibles,
diminutos guijarros
preservando humedades,
grises cantos rodados
que las olas acarician:
Las amo por sabias
y no por la dureza
que sus esencias subliman.
No hay comentarios:
Publicar un comentario