Otro gallo nos cantaría
si lo que ocurre
a nuestro alrededor
se considerase insatisfactorio,
y pudiéramos ser
más indóciles y rebeldes
para que esa sublevada
actitud a lo insumiso
se contagiase
a todos los campos
de lo que discurriéramos.
Todo sería diferente
si observásemos
el obstáculo como un desafío
y que de la debilidad
de no saber
surgiera el estímulo
de la búsqueda
y la navegación
por los mares
más peligrosos de la razón.
Y es que los descontentos
aunque también
pueden equivocarse
en general consiguen
que la vida sea algo
mucho más digno
y por consiguiente hermosa.
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