lunes, 28 de enero de 2013

VIOLENCIA CALLEJERA


Existen distintos tipos de violencia, y la física es tan sólo una de ellas. No resulta justificable la violencia callejera, es evidente que una vez que se desata, difícilmente se le puede poner límites. Pero al igual que no se justifica, se hace difícil no comprenderla en el contexto en que vivimos, si exceptuamos a la ejercida por los profesionales de la bronca que se significan en cualquier celebración multitudinaria. Más grave se torna la cuestión si en la protesta pacífica, como por desgracia empieza a ser costumbre, la policía contesta a cada grito con golpes a mansalva y balas de goma a quemarropa. El 15-M fue ejemplarmente pacífico en sus protestas... En consecuencia y que se sepa, ningún responsable político tomó en cuenta sus reivindicaciones. Lo siguiente, porque nuestros representantes parlamentarios lo convierten en inevitable, será que algunos manifestantes pierdan definitivamente la paciencia. Puede ser cuestionable, pero no les vale a algunos entonces  aferrarse al incivismo como reproche fácil, pues se utiliza el argumento con el cinismo más desvergonzado. Mientras el Gobierno de turno, no entienda que el cúmulo de recortes, despidos e injusticias que se cometen por su culpa resultan tan violentos como un golpe en la frente, estará sembrando las futuras pedradas en la calle. Lo mismo ocurre si las opciones mayoritarias no ofrecen cauces para expresar el descontento. Cualquiera se daría cuenta, otra cosa es que se dignen a hacer algo positivo.
El caso es que cuando se asfixia el concepto de ciudadanía, ir a buscar al semejante, verificar su existencia y congratularse en el esfuerzo común, es útil en sí mismo. Se sale a la calle no sólo como forma de presión ante un posible, y por lo general absolutamente sordo, ciego y mudo interlocutor público. Se hace también para toparse con la emoción del igual que se sostiene en la misma rabia. En situaciones críticas, cuando ya no se sabe qué más hacer... ¿De verdad puede haber alguien que no sepa señalar a los verdaderos culpables de que haya un estallido irracional de violencia? Esto es lo que se está sembrando, por ejemplo, con declaraciones que hablan de síntomas de recuperación económica cuando más de seis millones de trabajadores están en paro y miles de jóvenes abandonan  su  país intentando encontrar un sentido laboral a su vida. Un gobierno indeseable que corrompe el sistema democrático está dañando la salud y cordura de sus ciudadanos. De alguna manera habrá que responderle y resulta desesperanzador asimilar que van quedando muy pocas alternativas para conseguir que alguien con poder de decisión escuche la frustración ciudadana.


No hay comentarios: