una serena mirada al pasado
me encontré frente a una incógnita
y acabé desangrándome el alma
con líneas de tinta
sobre papeles de nostalgias.
Vinieron a visitarme
palabras, versos, cantares,
el pronombre que una vez pronuncié
y algún determinante
que terminó no cuajando
sin saber muy bien por qué.
Me paré a repasar
determinados aspectos de la vida
ajados ya por los efectos del tiempo
y de tal mirada en tonos sepia
concluí que era importante
esmerarse más con el presente.
Así que dejo atrás los leviatanes
que pretenden hacerme trizas
a base de zarpazos
y opto por mirar las cosas
con las oportunidades del ahora
puestas en una trayectoria
que me lleve hacia el futuro.
Todos atravesamos equinoccios
en los que se abren posibilidades
en las líneas que nos identifican
tanto al norte como al sur.
Y al hacerlo, lo ya vivido
se convierte entonces
en un lastre demasiado pesado
que nos impide tomar decisiones
y nos condiciona el avanzar.
Es una ley inexorable
que traspasado el crepúsculo
de algunas emociones
siempre puede haber un despertar.
Así que hoy escribo una carta
llena de intenciones
pero con la dirección en blanco,
la remito sin sello ni sobre
y con destinatario ignorado.
Hoy consigno este poema
con la intención de abrir las puertas
a un corto plazo dibujado
con el color de la esperanza:
Año nuevo que está por venir,
vida nueva para darle un sentido
y corroborar su positividad.
2 comentarios:
Un canto a la vida, al amor y a la esperanza. Vive, amigo, vive feliz!!!!!!!!!
Iba a decir que lo mismo para ti, pero no... Ha de ser mucho más.
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