Has de aprender a absolverte
por los errores cometidos
para que te sea más sencillo
perdonar a los demás:
Es imposible ser perfecto.
De nada te sirve
llevar en el alma tus cicatrices
como marcas de guerra,
cargar con tu historia como una roca,
o descargarla en otro
en busca de compasión o benevolencias.
Todo lo que vivimos
nos ha traído hasta el lugar
donde ahora estamos,
forma parte de nuestro bagaje
para bien o para mal.
Si tienes un pasado
que no te deja satisfecho,
mejor rescata lo aprendido
y arroja lejos lo demás
porque será el lastre
que te hará insufrible el viaje.
Deja ir aquello que te impide avanzar,
corrige las equivocaciones
en cuanto sea posible hacerlo,
envía señales de paz
a los que has dañado en el intento,
perdónate aunque no te perdonen,
respira hondo y sigue adelante
como un ser humano nuevo...
Supera las adversidades
porque la historia perfecta
es la que logramos acabar
pese a todos los contratiempos
que nos salgan al paso.
Recuerda que nadie está a salvo
de los imponderables
porque en su misma definición
está lo imprevisible,
a veces lo ocurrido simplemente
tenía que ocurrir, lo entendamos o no.
Busca la paz en tu alma,
libera la mente y el corazón,
siempre habrá una posibilidad
de empezar nuevamente
y ser dentro de lo posible más grande,
más fuerte, más consciente y mejor.
Hundirte en el dolor y volverte
un miserable en el camino,
es una decisión personal
y tuya será la responsabilidad.
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