sábado, 17 de septiembre de 2011

DÍAS NORMALES



No hay que fiarse
de los días normales
porque suelen
guardar en la recámara
alguna sorpresa.
Luego se van
como no quiere la cosa,
pretendiendo
no hacer ruido
y que el tiempo consiga
que los confundamos
en nuestra memoria
hasta ya no saber
si lo que quiera que fuese
sucedió en jueves
o era a mediados de mes.
No hay que olvidar
lo conveniente
de tener mucho cuidado
con los días normales,
no son tan poca cosa
como acaso pretenden
hacer que creamos:
Incluso suelen poder
con ese amor
del que nos sentimos
absolutamente convencidos
de su perdurabilidad.

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