con febril afán desde mi boca a tu cuerpo
capto la expresión de ansia que perfilas,
señal que a los senderos que te transito
están llegando los umbrales sonoros
como una necesidad vital que te ahoga,
un ansia de estallar que se apodera
de los cálidos y palpitantes labios
que se adhieren afanosos a mi lengua
mientras sacude la humedad en tu pozo
de manantial exuberante y delicado.
Mi esfuerzo se afana en diseñar
asaz y tenazmente un círculo de saliva
sobre el punto y aparte en que se agrupan
todos tus apetitos y se dilata el delirio,
hasta allí se han fugado mis dientes,
al desnudo de un ensueño arqueado
mientras te succiono la esencia de la vida
y todo se vuelve pálpito de incoherencia.
Noto como tiemblas en esta noche sin frío,
se que estás aunque tus ojos son dos ecos
perdidos en una dimensión desconocida
que por otro lado percibo a pedir de boca.
Puede que sea porque desde ahí conectes
con el universo gravitatorio del delirio
y por eso retozas transparente y abierta
en una espiral de convulsiones sensuales
que sacude mis sábanas y me araña la piel
acelerando con prisas la llegada del vacío,
ese relámpago de jubiloso terremoto
que en pocos segundos retuerce los huesos
y deja en penumbras el alma agotada:
Es tu culminación que estalla delirante:
Sirva la presente para confirmarte
que jamás me cansaré de disfrutarla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario