viernes, 3 de octubre de 2008

PUEDE SER

Imagen: 'Pareja', óleo de Liton
Reconozco que no sé lo que serás,
pero también intuyo
que veo en ti un reguero
de esperanzas respirando,
oasis donde humedecer
el deseo y la vida.
Tu presencia abate las tormentas,
aunque laman a veces tu cuerpo
los relámpagos,
y tu incendio me habite
para encontrar en él unos gramos
de felicidad.
Eres también noche cuajada de estrellas,
la síntesis de la nocturnidad
en un lugar de la costa,
donde rompen su sonido las olas
y el haz de luz de un faro
prolonga lentamente su caricia.
Te busca la mano en el agua,
y encuentra la tibia sensación
de un consuelo llegado
de las profundidades marinas,
sirena que viene a dormir sus sueños
en el lado de la cama
donde ya no existen los rencores.
Estás hecha del material
que humedece los deseos,
tu cuerpo arde entre las sábanas
cuando te conviertes en sudor
y agónica respiración
que resbala por mi piel,
edificando un monumento
al sexo más puro,
a la libido hecha carne,
a lo dulce y lo salado,
al poder del vaho de tu boca,
en los instantes
en que sólo soy rocío en tu piel
y sé que es posible el amanecer,
mientras reconocemos los silencios
de lo turbio y lo sencillo.
Momentos esos
en que agotamos la pasión
y el amor se eleva tiernamente
sobre el horizonte de nuestros ojos
.

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