Es tan complejo entender quién soy.
A veces ni yo mismo me conozco,
por eso quisiera nadie magnifique
las palabras que salen de mi pluma:
No me defino con las incoherentes,
ni aclaran esta cuestión las exactas.
Es posible que tan solo el porvenir
y la distancia me pongan en mi sitio.
Por ahora me limito a refrendarme
mil y una veces, como ramificaciones
de mi nombre actual y del pasado.
Tengo hambre de conocer verdades
para poder incluirlas en mis poemas,
pero existimos en círculos tan opacos
que el mensaje ha de ser una llama
y arrojar esencia de pétalos ardientes,
para encender actitudes y costumbres,
miradas tormentosas al caos cósmico
y la desdicha planetaria donde respiro.
Que no osen los amos de dura mirada
exigirle a las nubes que paren de llorar,
porque siempre invocaré su esplendor
en contraposición con la intransigencia
que algunos muestran en las trincheras
de su feroz carrera hacia el estrellato,
en pos de las resonancias de su triunfo:
Mi pluma es para los anhelantes de vida,
los eternos perdedores, los maldecidos
y marcados como un peligro por el poder;
las ovejas negras para los bienpensantes
que resguardan sus patéticas existencias
con caparazones de falsedad e hipocresía.
Tinta y papel son mi involucrado armazón
en pos de rescatar el arco iris de la libertad.
A veces ni yo mismo me conozco,
por eso quisiera nadie magnifique
las palabras que salen de mi pluma:
No me defino con las incoherentes,
ni aclaran esta cuestión las exactas.
Es posible que tan solo el porvenir
y la distancia me pongan en mi sitio.
Por ahora me limito a refrendarme
mil y una veces, como ramificaciones
de mi nombre actual y del pasado.
Tengo hambre de conocer verdades
para poder incluirlas en mis poemas,
pero existimos en círculos tan opacos
que el mensaje ha de ser una llama
y arrojar esencia de pétalos ardientes,
para encender actitudes y costumbres,
miradas tormentosas al caos cósmico
y la desdicha planetaria donde respiro.
Que no osen los amos de dura mirada
exigirle a las nubes que paren de llorar,
porque siempre invocaré su esplendor
en contraposición con la intransigencia
que algunos muestran en las trincheras
de su feroz carrera hacia el estrellato,
en pos de las resonancias de su triunfo:
Mi pluma es para los anhelantes de vida,
los eternos perdedores, los maldecidos
y marcados como un peligro por el poder;
las ovejas negras para los bienpensantes
que resguardan sus patéticas existencias
con caparazones de falsedad e hipocresía.
Tinta y papel son mi involucrado armazón
en pos de rescatar el arco iris de la libertad.
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