Caverna donde encierras
los tesoros del amor.
Cuando digo tu sexo,
me refiero
a la luz que resplandece
tras esa mirada
de cielos despejados.
Hablo del sabor a sal,
como el del mar en que nacimos
y que siempre nos espera
tras las tierras del mundo.
Del deseo que es tu océano,
del ansia de nadar
en el líquido elemento
que condensan tus poros,
y sumergirme en las profundidades
abisales de tus ojos.
Por eso es sexo,
pero también
los tesoros del amor.
Cuando digo tu sexo,
me refiero
a la luz que resplandece
tras esa mirada
de cielos despejados.
Hablo del sabor a sal,
como el del mar en que nacimos
y que siempre nos espera
tras las tierras del mundo.
Del deseo que es tu océano,
del ansia de nadar
en el líquido elemento
que condensan tus poros,
y sumergirme en las profundidades
abisales de tus ojos.
Por eso es sexo,
pero también
es mucho más
que eso.
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