lunes, 18 de junio de 2007

ISLA


La vida sabe
de dónde vengo:
Raíces que se hunden
profundamente en una tierra
que mucho tiene que ver
con la mar.
Recorren mis venas
el hálito de un volcán,
los suspiros del alisio
y la idiosincrasia de un pueblo,
amalgama de esperanzas
en un espacio fronterizo
con el líquido elemento.
Soy de raigambre insular,
tengo los ojos llenos
de pinos, nubes y retamas.
He dejado huellas
en barrancos que recorren,
cual viejas cicatrices,
la lírica de un alma
de lava y sal.
Le he dicho a la nada
que a la sombra de una palmera
la soledad es imposible;
y en el silencio perfumado
del bosque húmedo,
lo espiritual es un mensaje
que resuena con la fuerza
de una tormenta oceánica.
Aquí estoy: Es de donde vengo,
es lo que soy.

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