lunes, 28 de mayo de 2007

CLIMATOLOGÍA ADVERSA


Aquella mañana se despertó con la angustia de su ausencia. No pudo abrazarse a su espalda, la manera preferida de ambos para celebrar la llegada de un nuevo día. Los ojos le ardían, se sentía como si le hubieran dado una paliza. Los sueños se habían roto la tarde anterior. Decidió que las cosas no podían quedar así. Tenía que llenar aquél vacío, salir a buscarla y hacer un nuevo intento para arreglar las cosas. Ya en la calle, miró en todos los sitios conocidos y cuando ya desesperaba de encontrarla, la percibió tras los cristales de la cafetería donde por vez primera habían sentido la ternura de estar juntos. Entró despacio. Se sentó frente a ella sin saber muy bien qué decir. Era evidente que aquella iba a ser una conversación con gran trascendencia de cara al futuro.
–Hola-. –Te he estado buscando toda la mañana. Ya sé que no querías verme, pero tenemos que hablar. Es insoportable pensar que pueda haber una despedida entre nosotros-.
La única respuesta fue un intento por ocultar su cara y un pesado silencio que se apoderó del aire.
-Veo que está lloviendo-, se le ocurrió comentar.
-No seas tonto- le oyó susurrar. -¿Cómo puedes decir eso, con el día que hace? Si no se ve una nube y el sol está brillando...-
-Porque es cierto que llueve, pero en nosotros. En ocasiones, no es el cielo el que derrama lágrimas, y yo no puedo soportar que lo hagan tus ojos-...
Asomó en su cara una tímida sonrisa...
- Tienes razón. Quizás por eso tengo tanto frío y necesito ahora mismo un calor que nada tiene que ver con la climatología- le contestó.
Se arrojó en sus brazos, murmurando que el único daño irreparable para ella, sería no ser capaces de perdonarse mutuamente.
-Nunca más- decía él, conmovido por la generosidad que le estaba demostrando. –Te prometo que nunca más volverás a vivir por mi causa los efectos de una tormenta como esta en tu alma.-

Y bajaron estrechamente abrazados por la calle, mientras los rayos del sol parecían sentir envidia por la luz que ahora se adivinaba en sus miradas.

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