lunes, 28 de mayo de 2007

EL ESPECTRO

Se arriesgó a mirar atrás
y se vio entre los escombros
de lo que pudo ser,
y los restos
de lo que se había convertido.
El alma no la encontró,
es posible que hubiese huido
hacia ninguna parte.
Brotó una lágrima
al comprender que los sueños
eran cera derretida
en el fuego de los errores.
A su espalda, el destino
lo contemplaba con su sonrisa más cruel,
pero no era el culpable:
Él mismo se había desahuciado,
no hay que buscar responsables
de las consecuencias
de nuestras propias decisiones.
Desde entonces anda huyendo
de aquél espectro,
intenta aprender a aceptarse,
quizás un día admita sus sombras
y sea capaz de soportarlo.
Puede que ahí esté el secreto
de la genuina locura que es la vida.

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