¡Soledad!
¿en qué te pierdes?
¡siempre que te pierdes
me encuentras rumiando
las penas por las esquinas!
Tal vez el oficio de poeta
sea el de contar
lo que se oculta,
la verdad del dolor
que se siente
a nivel personal
o colectivo.
Y si me causas
un vacío existencial
¿En qué te pierdes,
que siempre que te pierdes
me encuentras rumiando
las penas por las esquinas?
Tal vez tienes razón
y sirva la verdad que escribo
para esconder las mentiras
que nos cuentan
y esta tarde y esta plaza
en realidad no existen más
que en lo que el viento se lleva
o el sueño de un poeta
que soñaba que todos
podríamos disfrutar
con algo parecido a vivir.
El reloj marca
las 5 de la tarde,
pero eso es otro sueño
dentro del sueño que escribo.
A veces ya no distingo
entre sueños,
verdades y mentiras.
Ojalá sea verdad
lo que escribo,
sería deprimente limitarse
a soñar lo que vivo
rumiando las penas
por las esquinas.

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