No importa
cuánto corras.
Da igual cuánto
puedas alejarte,
dónde te escondas,
cómo te camufles.
Cuando él se lo proponga,
hábil, certero,
leve, sutilísimo,
nimbado de silencio,
sin que la prisa nuble
su asechanza,
te encontrará el poema
y disparará sus versos
directos al corazón.

No hay comentarios:
Publicar un comentario