El poeta tinerfeño Fernando García – Ramos escribió en el año 2005 una obra titulada “Anaga Senderos de Poesía”, dedicando un poema a cada uno de los caseríos del Macizo de Anaga, que recordemos es una zona protegida con la categoría de Parque Rural y que contiene un bellísimo bosque de laurisilva, uno de los últimos vestigios que quedan en Europa de las selvas del Terciario. En ellos juega con las palabras y el entorno donde están ubicados para resaltar las características, costumbres y paisajes de estos asentamientos rurales. Los poemas, con un total de 17 capítulos, se pasaron escritos en losas de cerámica y fueron instalados en las plazas o lugares de tránsito frecuente, donde los vecinos y caminantes pueden leerlos. El paso del tiempo los ha ido estropeando, sería de desear que alguien se encargase de restaurarlos, porque forman ya parte también de este tesoro natural de Tenerife que es necesario conservar a toda costa.
miércoles, 19 de noviembre de 2025
POESÍA: FERNANDO GARCÍA-RAMOS
El poeta tinerfeño Fernando García – Ramos escribió en el año 2005 una obra titulada “Anaga Senderos de Poesía”, dedicando un poema a cada uno de los caseríos del Macizo de Anaga, que recordemos es una zona protegida con la categoría de Parque Rural y que contiene un bellísimo bosque de laurisilva, uno de los últimos vestigios que quedan en Europa de las selvas del Terciario. En ellos juega con las palabras y el entorno donde están ubicados para resaltar las características, costumbres y paisajes de estos asentamientos rurales. Los poemas, con un total de 17 capítulos, se pasaron escritos en losas de cerámica y fueron instalados en las plazas o lugares de tránsito frecuente, donde los vecinos y caminantes pueden leerlos. El paso del tiempo los ha ido estropeando, sería de desear que alguien se encargase de restaurarlos, porque forman ya parte también de este tesoro natural de Tenerife que es necesario conservar a toda costa.
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