Juan Galea Barjola (1919-2004) fue un pintor español cuya obra oscila entre la abstracción y el expresionismo. Además de las influencias de James Ensor y Francis Bacon su obra es deudora también del gran pintor aragonés Francisco de Goya, especialmente en la serie de lienzos y litografías dedicadas al mundo de los toros. Realizadas en un lenguaje pictórico desgarrado y sin concesiones, constituyen la obra más representativa de su autor. Otro temas presente en la obra de Barjola son las mujeres.
Mujeres que se miran en el espejo, otro de los iconos frecuentes en la obra de Barjola. Espejos misteriosos y profundos que el maestro repite obsesivamente en muchos de sus lienzos. Espejos que sirven para encontrarse a sí mismo, para saber buscar en el fondo de sí mismo. La mujer es así como la ve la sociedad que la pervierte, el deseo que la acribilla, la hostilidad –al mismo tiempo- que la hostiga. El espejo nos remite a cierto surrealismo. Es ante el espejo cuando el hombre descubre la fealdad de su rostro. Nos pone ante la evidencia y el medio de vernos a nosotros mismos.
Hay también en el conjunto de su obra un simbolismo demoledor y unos temas intencionadísimos, desagradables y deformados, servidos y apoyados por una técnica expresiva prodigiosa. Colores sucios, o luminosos, violentos en grandes superficies rojas, verdinegras, violetas en fondos de sobrecogedora soledad para las figuras de las gentes marginadas, arrastradas, discontinuas, contribuyen a dar esa sensación de abandono y patetismo en la que se descubre de vez en cuando un trozo de poesía, una tonalidad suave y humanísima que dulcifica y da vida a la composición.


No hay comentarios:
Publicar un comentario