Conjuguemos las aguas
tamicemos sus hebras
nombremos las Palabras
en las que aún creamos
pronunciemos
un conjuro poético
para que el mundo sane
y de las grietas brote
el líquido arbolado
del hallazgo que nos restituye
a nuestra casa interna
frente a cualquier
maligno quebrantamiento
de todo lo bueno
que lleva dentro el ser humano.
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