Aprender que
quizás solo eres
una simple imitación
de alguien desconocido
en ese misterioso eslabón
de la sucesión cósmica
y así de ligero,
algo también difícil
de lograr, será encontrar
un antídoto
contra el deseo
de que tus mejores pasos
dejen alguna huella
en este mar
o en esta tierra
para pararse y vaciarse
en la contempladora paz
de algún orden secreto.
Desconocemos muchas cosas,
pero resulta incuestionable
que la moralidad existe
y la propongo
para afrontar la vida
a veces desde el miedo,
aunque también desde
ese que al estallar
reinventa las sombras.
Defenderse y resistir
desde la ética,
esa es mi propuesta.
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