Pequeño como esa gota
de lluvia por la ventana
que nos moja la memoria
con levadura de brasa…
Pequeño, como una de esas
pequeñísimas palabras
que con una sola sílaba
llenan de luz una cara…
Pequeño como un candil
con una pequeña llama
que agranda por las paredes
una presencia fantástica…
Pequeño, como el tamaño
en que se oculta una lágrima
cuya fuerza clandestina
puede arrasar una casa…
Así de pequeño fue.
Y así de pequeño basta.
¿Sabes?: los seres, por esto
se desviven y se matan.
Yo tuve un beso pequeño
y esa suerte me acompaña
en mis asuntos desdichados
y mis horas solitarias.
Y por eso hoy lo describo,
es que ya iba siendo hora
de regalarte un poema
y darte con él las gracias.
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