No tiene nombre
este mundo
donde la tristeza
está tumbada de espaldas,
siempre lista
para mirarnos
con ojos de noche.
Si le damos un nombre
brotará el espacio,
entonces todos
podrán encontrarnos,
las aves determinarán
los puntos cardinales
y las estaciones,
y la gente
el cómo y el dónde:
cómo atreverse a amar,
cómo lanzarse a vivir,
cómo se debe morir.
Dónde está la verdad,
dónde el respeto,
dónde la generosidad.
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