lunes, 7 de julio de 2025

POESÍA: GAZA


En Gaza

cada cumpleaños 

es un año más

que no has muerto,

no un año más 

que has vivido.

La lluvia de sangre

mata la sed de los árboles.

En Gaza,

el abrazo de despedida 

es más largo,

ya que nunca se sabe 

si es la última vez.


Mueren para que 

las fábricas de armas

lleguen a su objetivo 

de ventas.

Mueren para que gente

de otros países 

se sientan afortunados 

por no haber nacido allí.


Solo son números:

redondeables,

olvidables

e ignorables.

Mueren a veces 

sin darse cuenta,

como un árbol 

que crece en una 

tierra baldía, 

como un corazón 

que no escucha 

“te quiero” 

en su idioma materno.


Mueren como alguien 

que no sabe nadar,

como el sol,

triste,

sangrante,

a diario.

Este mundo no fue 

creado para ellos.

Son historias cortas

Para vivir un poco,

mueren muchas veces.


En Gaza

siembran esperanza 

y cosechan muerte.

Siembran sueños 

y cosechan muerte.

No siembran nada… 

y cosechan muerte.

Ven la muerte 

al fondo de las tazas,

ven la muerte 

en los espejos,

cierran los ojos… 

y sueñan con la muerte.


Desde niños, juegan 

al juego de la muerte.

Uno dispara,

el otro finge que muere.

Algunos dejan de jugar

porque mueren

realmente. 

¿Dónde está la paz?

Cuando la paz se compartía, 

¿ellos dónde estaban?

¿Quién les devuelve 

los años perdidos?


¿Pueden dormir

los asesinos

cuando cualquier

rasgo de humanidad

ha desaparecido

de sus corazones? 

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