Jamás olvides
que habitas una isla.
Si caminas ligero,
podrás atravesarla
de norte a sur
en tres días.
Quizá tardes lo mismo
si la cruzas
de oeste a este.
Siempre encontrarás el mar
sea cual sea la dirección
en la que vayas.
No olvides
que te trajeron en barcos
y que te abandonaron.
Tú no sabes navegar.
Te dejaron aquí
con animales y semillas.
Otros llegarán
para enriquecerse
a tu costa,
para esclavizarte,
para robarte.
Quizá dejes de recordar,
quizá ellos también.
Pero tú seguirás aquí,
en la isla que habitas.
Como hicieron otros
antes que tú,
como harán otros
después porque
la isla no se abandona
a no ser que
te obliguen a hacerlo.
NOTA: Los aborígenes canarios parece que vinieron en dos oleadas desde el norte de África según las pruebas no concluyentes de Carbono 14. La primera hace 2.500 años; la segunda en torno al siglo I, durante el reinado de Juba II. Alzados contra el imperio romano, les cortaron la lengua.
En la primera arribada, se introdujo la escritura líbico-bereber. Se han encontrado teóforos, teónimos y nombres personales. En la segunda oleada, la escritura latina-canaria.
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