El Presidente de Estados Unidos ha amenazado con hundir la economía de España porque no nos doblegamos a sus caprichos. Supongo que cualquier español independientemente de su ideología se rebelará indignado ante este injustificable ataque a nuestra soberanía nacional. Cualquier reacción diferente sería toda una sorpresa. Imaginen por un momento el shock que supondría que aquellos que se definen como patriotas se posicionaran del lado de quien amenaza a España. Imaginen que decidiesen culpar a quien, haciendo uso de su legítima autoridad, se hubiera plantado ante un país extranjero porque las cuentas de España las decide España. Es poco probable que tal cosa suceda, pero vaya usted a saber. Igual puede haber gente que presume de bandera española, pero se queda en respetuoso silencio y baja su cabecita en señal de sumisión cuando un matón impresentable amenaza a su país. Estoy deseando ver cómo nos retratamos en esta cuestión en los próximos días. Por mi parte lo tengo claro: Trump con su decisión de atacar a Irán, nos ha puesto en el punto de mira de un posible ataque con misiles, puesto que su país tiene dos importantes bases militares en España. Partiendo de esa base, se puede meter donde le quepan el resto de caprichitos militaristas que se le ocurran, incluyendo sus exigencias presupuestarias. Por supuesto, dicho esto con el poco respeto que me produce un fantoche de tal calibre, que se ha convertido en un extraordinario peligro para la estabilidad y el progreso mundiales.
Dicho lo cual, espero con ansia las condenas de las huestes de Feijóo y Abascal hacia las intolerables amenazas de Trump a España. Aunque parece que están tardando un pelín en producirse...
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