miércoles, 30 de abril de 2025
REFLEXIÓN: LA ÚLTIMA AUDIENCIA
Entre tanto revuelo informativo provocado por el fallecimiento del Papa, hay que destacar que el último mandatario recibido por Bergoglio fue el Vicepresidente de Estados Unidos, el ultra J. D. Vance, convertido recientemente al catolicismo. Fue recibido con aparente cordialidad, pero en el mismo acto se tuvo que tragar el sapo de un discurso papal en el que se insistía en los deberes cristianos de respetar la dignidad de los inmigrantes, reprimir el belicismo y condenar la masacre de civiles que se padece en Gaza. Es curioso que esto último haya pasado desapercibido, entre tanta información llegada desde El Vaticano. Tampoco se ha comentado demasiado que, pese al cinismo generalizado que conlleva siempre una muerte oficial, ha sido el Gobierno israelí el que ha vuelto a poner una cota absurda de intolerancia y estupidez, al retirar sus condolencias por la muerte del Papa por verse importunado por su dedo señalador. Es curioso, porque hasta ahora ese mismo gobierno no ha dicho una sola palabra en contra de los saludos nazis que han dispensado a diestro y siniestro los colaboradores del nuevo Gobierno norteamericano. Será que su afinidad con la ultraderecha xenófoba europea está reescribiendo la agenda del Gobierno israelí. Será que ciertos intereses políticos, económicos e incluso personales en Israel ya están por encima de la condena de cualquier acto, discurso o símbolo relacionado con el nazismo. Será que el gobierno israelí ha construido un régimen muy parecido al que propició el holocausto y lo está practicando con los palestinos.
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