domingo, 9 de marzo de 2025

OPINIÓN: ARDE MISSISSIPPI


No se necesitan excusas, pero estos días atrás la muerte del gran Gene Hackman me hizo volver a ver la imprescindible Arde Mississippi. Lo que cuenta la película sucedió en 1964, un año donde los militares se caracterizaban por seguir imponiendo terribles dictaduras por el mundo, con el beneplácito de las grandes potencias que sostenían la guerra fría. Parece que la película habla del pasado, pero por desgracia todo suena actual. El racismo campa hoy a sus anchas en Estados Unidos. El líder histórico del Ku Klux Klan hizo campaña por Donald Trump, aunque en 2025 hablar del KKK parezca que es como hacerlo de borceguíes o doblones, ahí siguen y sin esconderse.

En Arde Mississippi imparte justicia un heroico FBI. Hoy a sus mandos, Donald Trump ha colocado a Kass Pattel, un tipo que tiene entre sus méritos haber escrito el libro "La conjura contra el rey", un cuento ilustrado en el que el rey Donald combate a la malvada Hillary Qeenton gracias a la ayuda del mago Kass. Saquen este tema cuando los votantes de partidos patrios que aplauden a Trump les hablen de adoctrinamiento. 

Dicen que el pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla. Estamos viendo que el pueblo que conoce su historia también la sigue repitiendo y cada vez de una forma más estúpida. Es uno de los signos de estos tiempos y los avances sociales y en derechos que parecían ya completamente establecidos se están desmoronando a marchas forzadas. Aunque ya no exista el muro de Berlín, crecen como la espuma las barreras mentales y la violencia verbal, el matonismo y los ataques a la cultura están a la orden del día. Y lo que es peor, por citar un ejemplo desalentador: una reciente encuesta de opinión indica que en España la ultraderecha es la opción política preferida por los jóvenes. Además, el 25% de los menores de 35 años piensa que en ocasiones es preferible un gobierno autoritario. Y nuestros jóvenes no son en ese sentido muy diferentes a los del resto del continente, porque esta tendencia se extiende por toda Europa. Ya no solo arde el Mississippi, la ideología que causaba esa hoguera en la película se está extendiendo como la pólvora. Nuestro deber como ciudadanos que condenamos radicalmente esa manera de entender la vida es impedir que el desastre que se anuncia se haga realidad. 

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