No es verdad que todo
ya lo hayamos visto.
Hay un sitio
de belleza profunda
donde los espejos
miran el revés,
cuando el mundo
se adormece.
Allí está todo en orden,
todo es belleza y luz.
Ese país que describo
escurre, emana y fluye.
Se mece con la brisa
de la esperanza dulce.
Allí el sol se agiganta
y lo ilumina todo.
Brilla con esplendor
de país encantado
y construye e ilusiona.
Un lugar donde es posible
vivir juntos, libres,
donde sentir el poderoso,
hondo lenguaje
del tiempo y sus secretos.
Quedos espejos
devuelven destellos
y la esperanza
perfuma los días.
Todo allí habla de vida,
de paz esplendorosa…
La armonía se desviste
en la fronda cuando
la cálida luz de la aurora
muestra, indica el camino,
te sostiene sobre un mar
de dudas y de acertijos.
Azules cielos y cobrizos
dibujan al atardecer
el mapa soñado donde
los sueños reales son,
donde quiero compartir
la vida con otros.
Ven, ayúdame a hacer
que los relojes
dejen al fin
de tener un sentido.
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