domingo, 5 de enero de 2025

POESÍA: FLORICULTURA


Atiende a los árboles,

a las plantas,

a las flores y a sus frutos

con pausa y dedicación

para que sean

lo que han de ser.

Observa y admira bien

la naturaleza

que reclama tu calor

como todo lo que germina.

Acaricia su generosidad

yema contra yema, 

y también 

frente a la biología

confía siempre en el Verbo:

quieren de tu voz

palabras agradecidas.

Necesitarás descifrar

por dónde pide la savia

ser podada

para arremeter con vigor

y que vuelvan,

fuertes y radiantes,

a crecer sus envejecidas ramas.

Las hojas agostadas

como tarde de otoño,

querrán decir –pero no dicen

y ahí estará el milagro

de tu afecto–

cuánto necesitan beber

para vivir, o bien

que no había sed

para tanta agua

y entonces tendrás que secar

sus cordones umbilicales,

el punto exacto donde siempre

se origina la fuerza,

el suelo que los rodea

y mantiene

–quién dijo que la tierra

no era parte de los seres–

con cuidado.


De entre todas deberás

asimismo velar

y aún con más esmero

a la flor de secano

que brotó del desamor.

No olvides nunca

que ella también

como nosotros

hace lo que puede

por la belleza.

Promete que protegerás

con tu desvelo ese bosque

sin esperar nunca que sea

geométrico jardín,

porque sólo así todo en él

volverá algún día

a brotar y prosperar.


Y cuando de pronto

llegue la mañana

en que todo lo que crece

sólo esté entre sus piedras,

sentirás al fin dentro de ti

lo absurdo de la impaciencia

el sentido de la espera

la paz de que contra

todas tus ansias

nada florezca

sino cuando le corresponda.

Lo recuerdo:

Yo también fui jardinero

y me sirvió

para entender

lo que se ha de hacer 

para que la vida florezca. 

No hay comentarios: