Es necesario puntualizar algunos conceptos sobre el posible alto el fuego en Gaza del que se nos está informando. Y es que desde algunos sectores se habla del tema, como si con este acuerdo se declara la paz a la zona. Es normal que la gente bienintencionada lo celebre, pero hay que puntualizar que un alto el fuego se limita simplemente a la no utilización de las armas durante el tiempo en que esté vigente. Bien por ello, porque significaría el cese de los asesinatos de palestinos, pero está por ver que se respete porque la historia nos dice que Israel no se caracteriza precisamente por respetar, ni la legalidad internacional, ni los acuerdos que previamente ha firmado su gobierno. Y desde luego, no es la paz.
La paz es otra cosa. Es un compromiso firme de los implicados en solucionar los conflictos mediante una negociación que se realiza en un plano de igualdad y respetando mutuamente los derechos de las partes implicadas. ¿De verdad alguien se ha creído que algo así sucedería, estando por medio Netanyahu y sus halcones? Solo han pasado unas horas de hacer público el acuerdo, y ya el gobierno israelí ha salido a la palestra poniendo trabas y manipulando la información al respecto para retrasarlo o suspenderlo (aún está por ver), algo tan habitual que no debería sorprender a nadie.
La realidad es que Israel es la potencia hegemónica en la zona y actúa como tal con el apoyo de Estados Unidos, la falta de compromiso con la causa palestina de los países árabes y la palabrería vacía de contenido de Europa y el resto de occidente.
No habrá paz, porque el expansionismo imperialista israelí no la desea y pretende la expulsión total de los palestinos de su tierra. Y el alto el fuego se romperá a las primeras de cambio, si es que en algún momento se pone en marcha. El sufrimiento en Gaza, por desgracia, está muy lejos de haber acabado porque el ejército israelí tiene manos libres para seguir bombardeando y disparando a los civiles palestinos cuando quiera.
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